El Descendente es el punto opuesto del Ascendente. Si tu Ascendente está en el grado 20 de Piscis, entonces tu Descendente está en el grado 20 de Virgo, que es el signo opuesto.
Si el Ascendente tiene que ver con la identidad individual, el Descendente tiene que ver con el otro, con nuestros vínculos más cercanos.
Si en tu carta natal Saturno está a 8 o menos grados del grado de tu Descendente, entonces Saturno es un planeta angular y, por lo tanto, una presencia destacada en tu existencia. Saturno en tu Casa 7 implica que Saturno es uno de los jugadores principales de tu carta.
Estas son algunas frases clave asociadas con el Descendente o la Casa 7: el otro, asociaciones, proyección, matrimonio, relaciones cercanas, atracción, vínculos íntimos.
La Casa 7 puede describir matrimonios, relaciones uno a uno y colaboraciones, tanto personales como profesionales. En esta casa podemos encontrar a una pareja, a nuestra psicóloga, a un socio comercial y también, INCLUSO, a enemigos y enemigas.
En la astrología tradicional, la Casa 7 aloja a los enemigos conocidos, mientras que la Casa 12 resguarda a los enemigos desconocidos que desean que nos vaya mal sin que nosotros lo sepamos.
Esta casa no solo nos brinda información sobre aquello que nosotros/nosotras aportamos en nuestras relaciones, si no también sobre las dinámicas que nos gustaría recibir en los vínculos más cercanos.
En un punto, la Casa 7 resguarda la propia sombra porque puede describir partes nuestras con las cuales no nos identificamos conscientemente.
Estos elementos de nuestra personalidad que permanecen ocultos a nuestra consciencia tienden a ser proyectados en otras personas, sobre todo aquellos seres con quienes tenemos relaciones duraderas o muy próximas.
Las proyecciones son características que preferimos reducir, rechazar o negar en nuestra propia subjetividad, pero que identificamos y reconocemos muy fácilmente en otras personas.
Como en una proyección de cine, nosotros somos quienes transmitimos la imagen, pero la vemos en una superficie ajena, en las personas con quienes nos relacionamos, y por eso pensamos que esa imagen es generada por los demás y no por nosotros mismos.
Inevitablemente, todas las relaciones crean algún tipo de proyección y es importante mencionar que las proyecciones no siempre son negativas. Por esta razón, la Casa 7 puede contener habilidades y características de la personalidad que admiramos en otras personas, pero que al mismo tiempo nos cuesta aceptar o comprender.
Cuando tenemos consciencia de este mecanismo, podemos autoconocernos aún más para identificar qué cuestiones propias estamos proyectando en los demás en vez de abrazarlas y aceptarlas.
Otra metáfora para describir a la Casa 7 es considerarla como un espejo. En este espejo podemos ver quienes realmente somos, porque los desafíos de las relaciones pueden mostrarnos aspectos de nuestra personalidad que tal vez no se manifiesten en soledad.
Nuestro comportamiento con otras personas indica cómo somos como individuos y, a su vez, la forma en la cual los demás nos tratan impacta en nuestra autopercepción. Todos estos temas se manifiestan en la esfera de acción de la Casa 7.
Dado que esta casa es un lugar de relaciones contractuales, también describe confrontaciones legales, demandas o litigios.
Las primeras 6 casas de la carta natal se encuentran por debajo de la línea del Ascendente. Esto significa que son casas privadas, que nos ayudan a establecernos como seres humanos singulares, separados y diferentes de todos los otros seres humanos.
En cambio, las últimas 6 casas de la carta natal están por sobre la línea del Ascendente y nos permiten conectarnos con lo social y con aquello que tenemos en común con el resto de la humanidad.
Examinar el signo de nuestro descendente, su planeta regente (o planetas regentes, si se trata de Escorpio, Acuario o Piscis) y los planetas que se encuentran alojados allí, nos puede dar mucha información acerca del valor y el significado que le otorgamos a las relaciones.
Después podemos utilizar esta información para integrar nuestro Descendente en la conciencia y hacernos cargo de aquello que, a veces, reconocemos en los demás, pero no en nuestro interior.
Saturno en la Casa 7 y los vínculos
En Las doce caras de Saturno, el astrólogo Bil Tierney sostiene que la Casa 7 es una casa sobre las relaciones entre pares.
La presencia de Saturno en esta casa puede sugerir que el nativo o la nativa siente mucha inseguridad respecto a relacionarse con otras personas de forma igualitaria.
Tradicionalmente, esta es la casa del matrimonio, y por eso es probable que las personas que hayan nacido con Saturno en esta casa piensen mucho en la posibilidad de casarse y se preocupen por elegir a la persona “adecuada” para hacerlo.
Hoy en día, para mí, la Casa 7 ya no se limita al matrimonio, sino que es una casa que aloja nuestras relaciones más íntimas, más cercanas. Estas relaciones no son exclusivamente de pareja, ya que también pueden involucrar a amistades e incluso a familiares.
Quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 se toman muy en serio el hecho de estar en pareja y no son muy tolerantes respecto a los fracasos, o aquello que perciben como un fracaso, o a las desilusiones en esta área de la vida.
Estas personas quieren que sus relaciones más cercanas les aporten seguridad y a veces la búsqueda de seguridad es más importante que la búsqueda de la felicidad (si es que la felicidad existe, claro).
Las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 desean tener vínculos sólidos y estables, pero a menudo aparecen obstáculos en el camino que hacen que no puedan manifestar este tipo de relaciones. En primer lugar, pueden ponerse en su propio camino porque tal vez sienten que nunca van a encontrar un compañero o compañera que cumpla sus expectativas.
Puede existir el miedo de fallarle a la otra persona o también de que la otra persona le falle al nativo o a la nativa de Saturno en Casa 7. Por estos miedos, se mueven con mucho cuidado y a veces se enfocan demasiado en las relaciones a largo plazo o en construir relaciones que sepan que van a durar. Al hacerlo, se pierden la oportunidad de generar vínculos que tal vez no van a ser duraderos, pero sí pueden ser muy enriquecedores, estimulantes y divertidos.
Aunque es imposible controlar y planear cada paso de la vida para evitar los desafíos inesperados que se pueden dar en las relaciones más cercanas, una buena sugerencia para las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 es que analicen sus expectativas y se pregunten si son realistas.
Tal vez están buscando a personas que no existen porque tienen miedo de vincularse con seres humanos reales que tienen fallas y miedos y se equivocan y a veces nos lastiman sin intención de hacerlo. Este es un tema, definitivamente, para reflexionar.
Cuando las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 están en una relación, a veces prefieren cortar el vínculo con la otra persona ante la menor molestia o discusión o también si sienten que tienen que mostrarse vulnerables y aún no se sienten preparados o preparadas para hacerlo.
Esto puede deberse a que quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 le dan demasiada autoridad o demasiado poder a los vínculos y a la opinión ajena. Este poder puede otorgarse de una forma explícita o de una forma más sutil.
En las consultas, a veces se puede ver que las personas que tienen a Saturno en la Casa 7 buscan a uno de sus progenitores en las relaciones de pareja, de amistad o de colaboración laboral.
Comúnmente, parece que buscaran una figura paterna (pero también puede ser una figura materna). Es como si su pareja o socio pasara a ser el gerente de la vida de la persona, como si fuera más un padre o una madre de una criatura antes que alguien con quien se tiene una relación más horizontal.
La astrología tradicional diría que una persona con Saturno en la Casa 7 nunca se va a casar porque Saturno es un planeta maléfico que dificulta los temas de la casa en la cual se encuentra.
Hoy, con los matices de la astrología psicológica, sabemos que nada es blanco o negro, que hay muchos grises. Tal vez la persona que tiene a Saturno en la Casa 7 y desea casarse lo hace con una persona que puede ser mayor o tal vez se casan de más grandes, a una edad que en su cultura es percibida como “demasiado” mayor.
Si la persona que tiene a Saturno en la Casa 7 elige una pareja, o compañero o compañera de vida, de una edad similar a la suya, o incluso una persona de menor edad, es probable que la pareja tenga cualidades de mucha madurez y que sea una persona que tal vez se maneje con cierta autoridad que al nativo o la nativa le hace sentir mucha seguridad.
En varios sentidos, la Casa 7 también es una casa espejo porque contiene aquello que nos atrae en nuestras relaciones. También puede indicar el rol que nosotros cumplimos en esas relaciones. Entonces, en el caso de Saturno en la Casa 7 no solo nos pueden atraer las personas mayores que nosotros o las personas que tienen un cierto aire a figura paterna o materna, sino que nosotros podemos cumplir ese rol en un vínculo.
Tal vez la persona que nace con Saturno en la Casa 7 es la persona mayor en la relación, o tal vez es la persona más madura en la relación, o tal vez es la persona que se casa de más grande con una persona más joven, o con una persona que que nunca se casó, mientras que para la persona con Saturno la Casa 7 tal vez ya haya habido algún otro matrimonio antes.
Saturno en la Casa 7 y la infancia
Un escenario típico de las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 puede llegar a ser una infancia donde sintieron que no tuvieron una relación lo suficientemente cercana con su padre o madre. Esto no significa que el padre o la madre hayan sido malvados o personas a quienes no les importaba la crianza del nativo o la nativa.
Sin embargo, a veces puede sentirse que la relación con el padre o la madre fue incompleta, entonces se busca en una pareja conectar con aquellas emociones o vivencias que el padre y la madre no pudieron darle al nativo o a la nativa.
La relación con el padre tal vez quedó truncada debido a su fallecimiento o a un divorcio o al hecho de que tal vez el padre se mudó lejos por trabajo y el nativo o la nativa tuvo una relación más distante con su progenitor.
En sus vínculos más cercanos, las personas que tienen a Saturno en la Casa 7 buscan vincularse con seres humanos que sean honestos, consistentes, exitosos, ambiciosos, decentes, responsables, confiables y parece que la lista es interminable.
Esta búsqueda puede generar mucha soledad porque tal vez les parece que nunca van a encontrar personas (ya sea para una relación de pareja, de amistad o laboral) que cumplan con esta larga lista de requisitos.
La realidad es que a las personas que tienen a Saturno en la Casa 7 les gusta tener el poder en una relación y les gusta saber que la persona con quién están es una persona que les puede prometer estabilidad y consistencia.
Puede suceder que a veces las personas con Saturno en la Casa 7, cuando se sienten dolidas o lastimadas en un vínculo, recurran un poco a ser pasivo-agresivas y a tener actitudes que lastiman a los demás, pero que no son del todo explícitas.
Saturno en la Casa 7 y el matrimonio
En Las doce caras de Saturno, Tierney nos cuenta que la tradición astrológica no aprueba el matrimonio que se lleva a cabo antes de los 29 o 30 años (es decir, antes del primer retorno de Saturno) en el caso de las personas que tienen a Saturno en la Casa 7. Esto se debe a que es probable que estos matrimonios no duren.
Tierney nos dice que los casamientos que se dan a tan temprana edad tardan alrededor de 7 años, que es cuando el Saturno de tránsito está en cuadratura al Saturno de la relación, antes de separarse o de convertirse en algo completamente ajeno a la intención original que se dio al casarse. Entonces, esto puede involucrar el matrimonio o no, porque, como ya sabemos, la Casa 7 también tiene que ver con otras asociaciones o contratos.
Con esto no quiero decir que si tenés menos de 30 años no podés firmar ningún contrato y no te podés casar porque esos proyectos están condenados al fracaso. Lo menciono porque lo iniciado ahora, sea una relación o sea un contrato a largo plazo, va a cambiar en 7 años, va a tener otra dinámica y esto no necesariamente es negativo.
Los matrimonios a temprana edad para las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 funcionan como una vía de escape de las presiones y restricciones del hogar de origen. A veces, quienes tienen a Saturno en la Casa 7 desean liberarse del yugo de su propia familia.
Por lo tanto, un acto de rebelión es casarse y disfrutar de la independencia que puede brindar salir del hogar familiar. Muchas veces estos casamientos no son por amor, sino por cuestiones prácticas o cuestiones económicas, por ejemplo para convivir con otra persona y gastar menos dinero o porque la familia de nuestra pareja tiene los medios para mantenernos a ambos.
En algunos casos, personas que tienen a Saturno en la Casa 7 se casan siendo muy jóvenes con una persona mayor que tiene más dinero. Estas personas piensan que el cambio de estado civil con alguien adinerado les va a dar felicidad porque ya no estarían en el hogar familiar.
En cambio, pasan a sentirse atrapadas y como si fueran el trofeo de su pareja, aunque están rodeadas de lujos y de privilegios. Como escribe Philippe Lahille en La simplicidad voluntaria en 130 consejos prácticos, “El hecho de que los barrotes de la jaula sean dorados no cambia de ningún modo la realidad profunda de la alienación de sus prisioneros».
La situación es diferente para las personas que tienen a Saturno en la Casa 7 y que tienen ciertas dificultades para reconciliarse con la idea de casarse o de tener un vínculo serio con otra persona. Cuando efectivamente lo hacen, les genera mucho rechazo la idea de pensar en un divorcio.
Es como que el hecho de casarse en sí ya fue bastante difícil o llevó bastante tiempo, entonces considerar separarse de la otra persona puede resultar devastador. Quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 pueden ver los divorcios o separaciones como un “fracaso”, como algo humillante y como si estuvieran haciendo un espectáculo muy triste para un público que está feliz de ver el final de esa relación.
Recuerden que la Casa 7 también contiene a los enemigos conocidos. A veces la Casa 7 es muy «con amigos así, ¿quién necesita enemigos?».
Una vez que la persona que nació con Saturno en la Casa 7 toma la decisión de divorciarse o separarse porque sabe que no hay otro camino disponible en su vínculo, puede sentir mucha satisfacción por haber dado este paso.
Los divorcios pueden darse porque esa persona que antes les había resultado estable, confiable y segura ahora se manifiesta como una persona que les resulta controladora o que les genera sofoco. Una vez que se despojan de la sensación de haber fracasado porque tuvieron que separarse, las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 tienen la capacidad de entrar a otra relación con más sabiduría y discernimiento.
Para poder conectar con la sabiduría interior y tener relaciones más amables, es crucial identificar los rasgos de Saturno que las personas que nacieron con este planeta en la Casa 7 tienden a proyectar en su pareja. Resulta indispensable que tomen conciencia de que rechazan a la gente porque por lo general se rechazan a sí mismos como una pareja adecuada para alguien más.
Tierney afirma que un paso en la dirección correcta se da cuando las personas que tienen a Saturno en la Casa 7 aprenden a recurrir a su propia fortaleza interior y a volverse más confiables en su propio poder, porque si incorporan las características que encuentran atractivas en los demás van a poder gustarse más y sentirse más cómodas en su propia piel.
Tierney afirma que Saturno en la Casa 7 implica que si la persona que nació con este emplazamiento es demasiado cauta en el enfoque de sus relaciones es probable que se asuste de un modo casi permanente con la idea de casarse o de tener vínculos íntimos y vulnerables.
Puede suceder que a medida que pasa el tiempo los nativos y las nativas encuentran muchas razones para explicar por qué postergaron el hecho de generar lazos íntimos con otras personas. Pero Tierney también afirma que el tono fatídico que solemos asignarle a la casa de nuestro Saturno natal se debe a la resistencia que sentimos a hacer los cambios necesarios para obtener frutos en esa área de la vida.
Saturno en la Casa 7 y el valor
Tener a Saturno en la Casa 7 puede significar la presencia de una sensación de desmerecimiento muy enraizada. Puede suceder que el nativo o la nativa suponga, de forma inconsciente (o no tanto), que ninguna persona atractiva o deseable va a elegir pasar tiempo con ella o con él.
Pero no es que hay una sentencia cósmica que afirme que la persona que nació con Saturno en la Casa 7 tiene que estar en soledad para siempre y contra su propia voluntad. No es que sea un destino del cual no se puede huir.
A veces, sí puede resultar que la persona que nace con Saturno en la Casa 7 elige vivir en soledad porque esto es más fácil, porque así no tienen que lidiar con otras personas y con las dinámicas y discusiones que pueden surgir en una convivencia con otro.
Sin embargo, a veces al elegir esto que puede ser el “camino más fácil”, en realidad están renunciando a su deseo de compartir su vida con otra persona. Para quienes nacieron con Saturno en la Casa 7, tal vez sea más provechoso compartir su vida con alguien que les dé su espacio (por supuesto) antes que retirarse de las relaciones de modo permanente.
Si realmente no desean casarse o estar en pareja y aman su soledad, es fundamental que esta decisión sea consciente y sea una elección y no algo a lo cual llegaron por miedo a compartir con otras personas o por sentir que no merecen casarse o estar en pareja o tener amistades nutritivas.
Es importante que las personas que nacieron con Saturno en la Casa 7 no busquen formas de escape para evitar la confrontación sobre su propia identidad, sus propios deseos o también la confrontación con otras personas al estar en un vínculo. En lugar de escapar, lo recomendable es inspeccionar el mundo interior y preguntarse cómo pueden mejorar su enfoque en el arte de relacionarse íntimamente con otras personas.
Saturno en la Casa 7 y los contratos
Tradicionalmente, se dice que la Casa 7 es la casa de socios y parejas. Con Saturno en esta zona de la carta, a veces puede suceder que los nativos y las nativas tengan asociaciones comerciales o contractuales que funcionen muchísimo mejor que las maritales o que las relaciones cercanas. Esto se debe al hecho de que las relaciones comerciales o laborales tienen menos contenido emocional y menos intimidad que los vínculos afectivos.
Aún así, también es probable que quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 sean personas muy reservadas sobre sus asuntos. Esto puede ser muy bueno porque a veces la discreción es un valor, pero si tienen un socio o socia, ahí se puede complicar un poco más la situación, ya que a veces se necesita hablar abiertamente de ciertas cuestiones con la persona con la cual se está haciendo un negocio.
Es fundamental que quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 no se tomen tan a pecho las pérdidas que puede haber en un negocio o los momentos más lentos, tal vez de no tanta ganancia. Obsesionarse con la pretensión de que un negocio sea siempre exitoso y esté siempre en crecimiento les puede generar mucho estrés y también pueden caer en el patrón de culpar a los demás por su ineficacia.
Quienes nacieron con Saturno en la Casa 7 y tienen asociaciones con otras personas tienen que tener paciencia y trabajar realmente de forma colaborativa con los demás, de forma horizontal. Es muy beneficioso que Saturno en la Casa 7 aprenda a expresar realmente lo que quiere o cómo considera que se tiene que manejar el negocio o el contrato y no que espere que la otra persona le lea la mente.
Esta comunicación siempre tiene que darse con respeto, con dignidad y con una actitud comprensiva, porque los demás tienen tal vez otros tiempos y otros estilos de trabajo diferentes a los propios, que no son ni mejores ni peores, son solo eso: diferentes.
Saturno en la Casa 7 no debe resistirse a las críticas constructivas porque estas críticas (siempre y cuando sean expresadas con respeto y con dignidad) pueden ayudar a que un negocio se mantenga dinámico y próspero.
Es vital, para quienes nacieron con Saturno en la Casa 7, que en todas su relaciones (no solo las de pareja y no solo las comerciales) trabajen la seguridad para abrirse y para comunicar lo que realmente piensan o sienten sin temor al rechazo o al resentimiento de los demás.
Notas
- Me basé en un fragmento de Las doce caras de Saturno, de Bil Tierney. Traducción de Graciela Perillo. Libro publicado por Editorial Kier
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